Bon voyage à Jaime

Hace muchas noches que espero el momento de la calma ante la página en blanco. La página que recoge las lagrimas, y la que hay que escribir nueva. En la que cuesta explicar una vida que no ha sido corta, sino rica y minuciosa.

Dice Santiago Tamarón que Jaime era culto, y lo era. Jaime y Santiago, tan unidos siempre, parecían pertenecer a otro mundo. Un mundo que uno nunca se cansaba de escuchar,  ¡y mira que la charla podía ser larga…! Un mundo sin prejuicios y con fundamento, que desconcertaba a los necios, pero que a otros –menos cultos que ellos– a los que nos ofrecieron el privilegio de contemplar, nos enamoraba.

Hoy, mi jovencísima amiga Esperanza, con esa lucidez que a sus años no se entiende, me ha ofrecido el mejor consuelo al decirme: “Estate segura de que Jaime de lo que más orgulloso estaba era del tiempo que pasó contigo y con su familia”. Cuestión de prioridades. Jaime tenía una idea propia del amor y de la familia, de la amistad y de España. ¡Qué raro parecerá, quizás, a los que no le conocieron mezclar esas cuatro cosas tan distintas!. Pero Jaime tenía una idea propia de todo lo que amaba. Una idea del amor unida al mayor compromiso; de la familia, a la más infatigable fidelidad; de la amistad, generosa –como dice Tin; y de España civilizada y seria. Pero ideas así en estos tiempos no son fáciles de vivir.

El padre de Jaime era médico. He conocido a muchos: los mejores, que le han mimado, cuidado y atendido en su enfermedad con la mayor eficiencia y desvelo, pero ninguno me ha impresionado tanto como su padre en la forma de mirar cada pequeño detalle por delante y por detrás, y en su anticipación de los hechos en ese camino tan largo  y penoso, y que con tanta dignidad ha atravesado Jaime durante sus últimos siete meses. Jaime era como su padre: se anticipaba a su tiempo y a los hechos.

Yo creo que ninguno de los que le queríamos, quizás Santiago sí, conseguimos nunca entenderle bien. Creo que nos faltaban lecturas. Sus amigos lo adoraban, y  mucho se lo han demostrado estos meses, pero era para ellos un amigo desconcertante: el más desconcertante. Discutía. Reivindicaba su derecho a ser distinto y a pertenecer al mismo tiempo. Y se enfadaba, porque la separación de opiniones le desgarraba. Nunca le gustaron las tribus: no era etiquetable. No tuvo miedo a decir las cosas como las veía. O sí- tuvo miedo, terror, pero lo hizo. Y Jaime veía, mucho y de lejos. Como se suele decir: “las veía venir”.

Yo, con el tiempo y mucho esfuerzo, me acostumbre a aceptar que por raro que me pareciese Jaime siempre tendría razón: las cosas pasarían como él decía, fuese cual fuese el terreno. No había engaño posible con Jaime, ni mentiras piadosas- y menos si lo que estaba en cuestión era España, la amistad o la familia. No era fácil la eterna batalla interior contra los propios pensamiento, pero dulces y amorosos los brazos cada día.

Solo falta un año para que se cumplieran treinta desde que Jaime me sedujo con su forma de cantar “Fina Estampa” entre canción y canción de Elvis Costello. Con su forma de conducir el viejo y glamuroso Crysler rojo que heredó de su padre. Con su forma de tratar y acariciar a los perros y de guiarme en la montaña, y con su forma de andar con aquellos pantalones blancos que él llevaba más cortos y altos que nadie, con esa mezcla de estilo entre John Wayne y Garfunkel. Jaime era distinto.

No me corresponde a mí explicar su influencia profesional –discreta como él, pero no inadvertida -me consta. Pero a mí me gustaban mucho los títulos de sus libros como “Creación y Conocimiento en Red”, “La Economía de la Creatividad” o “Las Lenguas en el Ciberespacio”. No sé, tenían algo que lo explicaba todo -como los de las buenas películas.

Recuerdo ahora, que muy poco antes de su enfermedad, un día en La Vaquería de Miguel en el que él fue muy feliz con sus hijos y sus amigos, se decidió por poner como título “El Discreto Encanto de la Cultura”,  frente a “Cultura pa payos” y otras prendas literarias similares sugeridas por los mismos médicos -sus amigos- que luego le cuidaron con tanto mimo, para la que es ya su publicación póstuma.

Hoy he sabido que sus primas griegas, Julia y María, han mandado a sus padres un telegrama que dice simplemente “Bon Voyage á Jaime”, a la manera Griega de decir adiós para siempre. Los que nos habéis acompañado, los que nos habéis abrazado estos días, los que le habéis querido y admirado: yo os aseguro que no viaja solo.

Blog de Jaime 

38 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Mariana dice:

    Isabel, qué llenas son tus palabras. Os acompaño en el dolor, pues no se irá nunca, sino que habrá que aprender a convivir con él. Siento muchísimo vuestra pérdia, la pérdida de todos los que tuvimos la suerte de tratarlo alguna vez. Él no está solo, siempre estará con vosotros. Es así. Mi más sincero abrazo para tí y tu familia

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    1. Gracias Mariana por tu mensaje y los detalles que tú y Marisa habéis tenido con él durante este tiempo.

      Isabel

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  2. Chimo dice:

    «Reivindicaba su derecho a ser distinto y a pertenecer al mismo tiempo. Y se enfadaba, porque la separación de opiniones le desgarraba. Nunca le gustaron las tribus: no era etiquetable. No tuvo miedo a decir las cosas como las veía. O sí- tuvo miedo, terror, pero lo hizo.»

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  3. Tamarón dice:

    No se me ocurre mejor manera de recordar a Jaime que este hermoso retrato que trazas de él, aunque muchos de nosotros lo tenemos muy presente y cada uno tiene sus recuerdos especiales de ese hombre tan poco común que tuvimos la suerte de conocer. Pero creo que ninguno de sus amigos y de su familia podría trazar un retrato tan certero como el tuyo, querida Isabel.

    Es verdad que Jaime ejercía su derecho a ser distinto, y no temía que en las discusiones fuese tachado de inconsecuente, porque no lo era, tan sólo era consecuente con su mente y su corazón en cada asunto y en cada aspecto de la realidad, que observaba con lucidez y con preocupación, tanto si era la realidad histórica como el presente político o económico o cultural. Creo que tenía una de las miradas más claras que he conocido. Y seguro que ahora estará viendo todo con más claridad que nunca y de vez en cuando nos enviará un esbozo de sonrisa comprensiva e irónica, muy suya. Sí, seguro que su viaje está siendo bueno.

    A ti, Isabel, y a Jaime y Pedro y a los padres y hermanos de Jaime, y a todos vosotros, os abrazo junto con Isabelle
    Santiago Tamarón

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  4. miguel albero dice:

    Querida Isabel,

    Para lo que tuvimos la ocasión de trabajar con Jaime, tus palabras confirman todo lo que ya intuíamos.Cuando las personas que tienen tú misma edad nos dejan, uno siente la rabia del absurdo, que se acrecienta cuando se trata de los que consideras los más valiosos.Yo compartía muchas cosas con Jaime, una impagable que es la de haber tenido a Santiago como jefe, de quien los dos aprendimos tanto, y una serie de intereses y lecturas comunes, amén de algo que tu citas y es lo de no sentirnos nunca de un grupo concreto. Por eso nos hemos visto hasta hace muy poco, en reuniones sobre la cutura en el exterior que a los dos nos unía y donde siempre dejaba patente su sentido común y sus convicciones, además de esa natural elegancia que siempre tuvo. Siempre pensé que volveríamos a coincidir juntos, como en su época de director del cervantes de Utrech cuando yo estaba en Madrid con Santiago. Ya sé que no será posible, pensé que ahora que yo volvía a Madrid después de doce años en el extranjero tendríamos tiempo de vernos más. Tampoco podrá ser.

    Aunque sólo nos hemos visto un par de veces, sirva mi testimonio Isabel para que sepas lo mucho que Jaime era apreciado entre quienes tuvimos la suerte de trabajar con él, como profesional y también como persona.
    Recibe un fuerte abrazo
    MIguel Albero

    R

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    1. Muchas gracias Miguel,

      Bueno, sí, me corrijo. Los dos pertenecíais probablemente a ese selecto y arriesgado y elegante grupo de los sin-grupo. Recibe tu también un fuerte abrazo.

      Isabel.

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  5. José Antonio Pascual dice:

    ¿Se puede ser atento y exigente a la vez? ¿Cortés e insobornable? ¿Jovial y maduro? ¿Se puede desarmar con la sonrisa a quien le vence el apresuramiento? Jaime podía lograr todo esto, rozando además ––en la medida en que puede conseguirlo un ser humano–– la imparcialidad.
    Fue un colega admirable que supo contagiarme su alegría cuando dirigíamos sendos centros del instituto Cervantes. Se trataba de alguien muy seguro, con quien era fácil ponerse de acuerdo y colaborar, sin preocuparnos demasiado porque nuestra decisión pudiera gustar o no a nuestros jefes.
    Creo que Jaime ha sido una persona con un alma ––o lo que entendemos por ella–– de las más hermosas que he conocido.

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    1. Gracias José Antonio, ¡Qué bonitos y acertados adjetivos!. No sé que decir, ni cómo, pero te aseguro que Jaime te apreciaba y admiraba de corazón. Un abrazo. Isabel.

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  6. Muchas gracias Santiago, por este comentario y por el precioso texto que tú escribiste sobre Jaime y que leeré a sus hijos, pronto y no sólo una vez, y gracias una vez más por el consuelo que tanto tú como Isabelle nos habéis ofrecido.

    Isabel.

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  7. Teresa dice:

    Es precioso Isabel!, seguro que a Jaime le encantaría y, venciendo el pudor de que hablaran de él, se sentiría muy orgulloso de su mujer.

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  8. teresa rubio Tió dice:

    Isabel solo te he visto una vez con Jaime y me ha emocionado tu carta por lo que supone de amor, aceptando al otro como es y de convivir con la muerte, algo que nos cambia la vida y su forma de sentirla pero que añade una dimension importante a lo que uno siente y hace. Por otra parte tengo el convencimiento que no religioso,que los que mueren siguen viviendo en los que les quisieron.Jaime fue sereno y veo que tu tambien.!Que no pierdas tu serenidad! con mi afecto Tere Rubio Tio

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  9. Ricardo Losa dice:

    Isabel,

    Acabo de recibir la noticia y me ha dejado de piedra. Estaba preparando un sarao cultural en Nairobi, donde me pilla la noticia, y ya empezaba a soñar en teneros a los dos por estas tierras. es un duro golpe. Desde La Haya casi no nos hemos visto, pero Jaime ha sido siempre un referente.

    Me enseñó muchas cosas, en mi primer destino en el exterior, en esa lección de madurez y ajuste que te llega cuando te das cuenta que acabó tu periodo de entrenamiento y entras en la vida real. Se han dicho muchas cosas bonitas sobre Jaime y no me atreveré a decir nada más. Sabes que yo también soy de los pudorosos, pero no podía dejar de mandarte este abrazo con una lágrima, que no es un recurso literario, sino un dolor real y un lamento por no haber logrado veros más a menudo.

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    1. Ricardo, Jaime tenía bonitos recuerdos de esa época en la que todos estábamos aprendiendo. Espero verte pronto. Gracias por tu mensaje.
      Isabel.

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  10. Blanca dice:

    Aun recuerdo, Isabel, el dia que trajiste a Jaime a una fiesta de estudiantes como amigo y cómo dejo de serlo para convertirse en tu compañero, siempre afable, cariñoso, estimulante, encantador. Son muchos los recuerdos, conversaciones, reflexiones, discusiones de tantos años y situaciones. Todos permanecen vivos en el recuerdo…

    Isabel, tan extraordinaria tú también, sigamos compartiendo, y cuestionándonos la vida!

    Todo mi cariño para ti, y para Jaime y Pedro.

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    1. Gracias Blanca por el cariño que siempre nos has dado a todos.
      Un abrazo.
      Isabel

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  11. Marisa Figueroa dice:

    Querida Isabel. Son hermosas tus palabras y hermosos los recuerdos que siempre guardaremos de Jaime. Era una excelente persona, un leal compañero de trabajo y un divertidísimo amigo. ¡Le queríamos mucho y te queremos a tí! Cuenta con todos nosotros para esta nueva etapa de la vida que comienzas junto a tus hijos. Un abrazo muy fuerte

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  12. Icíar Areilza dice:

    Yo también tuve la suerte de trabajar con Jaime en el Instituto Cervantes y aprender de él muchas cosas. Guardo el mejor recuerdo de su paciencia y sonrisa.
    Un abrazo de, Icíar

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  13. Esperanza dice:

    A mi me cuesta mucho escribir. Pero me encanta tener la oportunidad de leer todos estos comentarios. Isabel, con el poco tiempo que pude compartir con vosotros, es más que gratificante el sentir que casi todo lo que escribes me resulta tan familiar, y que no me sorprende. Creo que es por esa postura tan transparente que tenía Jaime ante los demás. No hacía falta más de dos minutos para que te impactara su tono sereno y firme; su apabullante cultura que no le hacía alejarse de los mucho más ignorantes, como yo; su estilo tan encantador, que como una vez me dijiste, no abandonó en ningún momento. Porque sí que creo que Jaime era un encantador de personas. Yo también me acuerdo de la primera vez que hablé con él. De lo abrumador y de lo humilde. De la claridad de su mirada y de lo buena persona que era.
    Muchas cosas nos quedaron por hacer, por vivir. Y me duele egoístamente el tiempo que me perdí. Los planes postpuestos y los proyectos nuevos que ya no surgirán. Pero aún me duele más lo que ha perdido el mundo.
    Yo también siento que Jaime era una persona con un alma de las más hermosas. Y me quedo con su cariño, tan desconcertante por la brevedad del tiempo pasado juntos, y tan sincero.
    Espero poder tener más palabras acertadas para ti Isabel, como tú también las tuviste conmigo. Lo que te aseguro es que tengo muchos abrazos.
    Esperanza

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  14. la prima mamen dice:

    Precioso texto, preciosa lectura de Jaime, y tan bien escrita!!
    Sigue contándonos de sus cosas, para que su recuerdo crezca en aquellos detalles que, yo al menos, desconocía.
    Gracias.

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  15. Silvia Cortés dice:

    Querida Isabel:

    Hacía muchísimos años que no veía a Jaime, creo que desde que trabajaba en el INCIPE con Santiago Tamarón. Entonces estaba preparando las oposiciones a la Carrera Diplomática. No lo conocí mucho, pero siempre que recuerdo aquella época, en que pasaba por Padilla para hacer alguna consulta en mis estudios, veo la cara amable y tranquila de Jaime que me daba ánimos. Desde entonces he ido sabiendo de Jaime sobre todo por Santiago, en Utrecht y en el Instituto Elcano. Siento de verdad su muerte y confío en que el cariño y recuerdo de sus amigos os sirvan para paliar el dolor. Descanse en paz.
    Un cariñoso abrazo
    Silvia Cortés

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  16. Consuelo dice:

    Isabel:

    Habéis sido una pareja maravillosa y excepcional, pues por muchas virtudes que tuviera Jaime tú le has igualado. Hemos querido mucho a Jaime, debatido con él y – te doy la razón – siempre tenía algo interesante que decir. Alguna vez paseamos por el campo (yo con tacones, claro) y otras paseamos por los bares, y Jaime era serio y guapo en los dos contextos, menudo marido.

    Pero te tengo a tí, Isabel, mi amiga, mi querida amiga, y lo que quiero decirte es que nos has impresidonado con tu serenidad tanto o más como Jaime impresionaba. Eres una luchadora, (eso ya lo sabía yo de antes) con mucha cabeza y mucho corazón. Te queremos mucho. A Jaime y a Pedro un abrazo. ¿Vendrás a verme?

    Consuelo

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  17. Antonio Gil-Nagel dice:

    Isabel: Me gusta y me parece muy acertada la descripción de Jaime, me la llevo para incorporarla a su recuerdo.
    Besos
    Antonio

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  18. Carmen Pastor dice:

    Por azar, acabo de enterarme de la muerte de Jaime Otero. Releo con la esperanza de haberme confundido de nombre y de que no se trate del director amable y brillante que nos enviaron al Instituto Cervantes de Bremen, desde Utrech, en un momento en que estábamos sin dirección. Su paso fue fugaz, y sin embargo, 15 años después siento su muerte y lo recuerdo buscando, entre la orfebrería del barrio antiguo de Bremen, algún regalo para su mujer. Siempre esperé poder tener la suerte de volver a trabajar con él. Mi más sentido pésame.

    Carmen Pastor

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  19. Teresa Cabarrush dice:

    Voy a escribir esto con mucho retraso. Hace dos días por casualidad aterricé en un blog, y empecé a leerlo, era el blog del Señor Otero, me encantó alguno de sus artículos, desprendía amabilidad, inteligencia natural con ciertas tonalidades pictóricas de frescura y modestia, simplemente me maravilló esos artículos.

    Siempre digo que detrás de lo que escribimos está la persona, con nuestras palabras dejamos nuestras huellas, y me pregunté que ¿ Quién era ese Señor tan encantador?…dejé hace dos días dos comentarios, están pendientes de moderación, ¡qué curioso no sabía que este Señor había fallecido hasta ayer mismo!.

    Pensé por comentarios existentes en el blog de fechas anteriores, que sería el típico blog donde casi nadie escribe, cuando me encuentro con uno de ellos son los más valiosos, como si fueran tesoros escondidos en internet.

    Ayer interesada en la personalidad del Señor Otero, busqué en Internet y me encuentro con el artículo de su fallecimiento, me dejó una sensación un tanto extraña, es como si hubiese llegado tarde a un extraordinario paraíso, aunque no hubiese conocido al Señor Otero, siento no poder recibir esa respuesta en su blog. Al mismo tiempo, creo que esta peripecia es como si el Señor Otero estuviera vivo, me pregunto ¿ que por algo llegué a su web?, quizás los destinos te llevan a los lugares por un motivo…en este caso quizás sea » Conocer al Señor Otero», aunque exista en otro plano de la vida.

    He leído todos los comentarios de Ustedes, se aprecia que era todo un Señor y tenía la suerte de tener tantos amigos, que es una de las mayores suerte, hoy en día solo se valora el dinero, por desgracia, pero si te traicionan eso no importa, la amistad verdadera se ha marchado no sé a qué lugar de la vida.

    Me ha gustado las referencias de que el Señor Otero no se etiquetaba, ahí reside la autenticidad de las personas, pocas hay así en la actualidad, con esa singularidad, como la mayor parte de las personas son » Muy Parecidas», y el que sea distinto para bien se las piensa antes de actuar de forma distinta ante los ojos de los demás, para que no lo tachen…valentía, esa es la palabra exacta, quien actúa como él cree que debe hacerlo sin importarle las miradas de los demás, eso es cualidad de valientes.

    Señora Isabel, me ha gustado mucho su artículo. Mi más sentido pésame a toda la familia y amigos. En el blog del Señor Otero queda dos comentarios pendientes de moderación, me da alegría haberlos dejado.

    Saludos Cordiales a todos. Teresa Cabarrush

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  20. Teresa Cabarrush dice:

    Con el permiso de todos Ustedes, voy a dejar algunas frases de Julio Cortázar, posiblemente al Señor Otero le gustaría, viendo su sensibilidad.

    – » Creo que todos tenemos algo de esa bella locura, que nos mantiene andando, cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo».

    – » Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el Alma».

    – » Regalos insignificantes como un beso en un momento inesperado o un papel escrito a las apuradas, pueden ser valorados más que una joya».

    – » Un día llegará el día, el día de abrazarte, de desnudarte por fin de tanta ropa y tanta espera».

    – » Me basta mirarte, para saber que con vos me voy a empapar el alma».

    Saludos Afectuosos a todos. Teresa.

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  21. Teresa Cabarrush dice:

    Esto para el Señor Otero y Señora Isabel.

    Saludos.

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  22. Teresa Cabarrush dice:

    Una canción más para el Señor Otero, ya que coincidíamos en esta actriz.

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    1. Teresa Cabarrush dice:

      Si esta canción se titula Gracias por la música, yo le debo un Gracias al Señor Otero por haberme encontrado y a través de él, al encantador Señor de Tamarón del que aprendo mucho. Gracias, Estimado Señor Otero.

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    2. Teresa Cabarrush dice:

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  23. Teresa Cabarrush dice:

    Si no me equivoco por lo leído y a través de los propios post del Señor Otero, le gustaba demasiado la autenticidad de las cosas y las personas, cosa poco frecuente de que se nos presente delante nuestra por la escasez de tal cualidad, como regalo esta joya musical de este raro y magnífico violinista, Ara Malikian ( y extraordinario pianista también Señor Simarro).

    Espero que me disculpe, Señora Isabel por dejarlo en su Blog.

    Saludos Cordiales. Teresa Cabarrush.

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  24. Teresa Cabarrush dice:

    Buenas Tardes, y desde aquí espero que la Señora Isabel pueda darme permiso para dejar un link a un artículo bellísimo, que creo al Señor Otero le gustaría, habla de lo sublime y la belleza, se titula » Atrévete a Sentir» y es del filósofo Señor Javier Gomá. Espero le gusten. Y Gracias, Señor Isabel por dejar que muestre estas cosas en su amable e interesante blog.

    » ¿Podemos sentir, pensar y representar lo sublime en la actual época de la cultura?». » En suma, grandes pensamientos (nobleza) y grandes sentimientos (entusiasmo).».

    http://cultura.elpais.com/cultura/2014/07/15/babelia/1405444593_585441.html

    Dejo esta música, porque creo que al Señor Otero también le gustaría, y se la dedico a la Señora Isabel, ¡ Cómo es posible que a través del sonido nos transporte a muchas sensaciones y sentimientos!, la música…la belleza del alma.

    Gracias por la atención de Usted, Señora Isabel. Saludos Cordiales. Teresa Cabarrush.

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  25. Teresa Cabarrush dice:

    Las alas del destino me regalaron llegar hasta el Señor Otero. » ¿ Alas tienen los ángeles, verdad?, libertad de volar en las palabras, decía Mahler estas: ” “Usted debe renunciar a toda la superficialidad, convenio, vanidad y engaño.” Son alas de una amplitud abismal, protegen la autenticidad de la belleza de melodías interiores, dulcemente cavan el alma de todos.».

    Decía Oscar Wilde: ” “Ser natural es la más difícil de las poses.”

    Supongo que el Señor Otero sería un gran soñador, dejo esta canción. ¡No deben faltar nunca los sueños ni el amor!

    Si tenemos sueños, podremos construir…

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  26. Teresa Cabarrush dice:

    Aunque tampoco me olvido de la Señora Isabel Fernández, para ambos esta canción.

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  27. Teresa Cabarrush dice:

    Cuando la belleza del alma no compite con la de las flores, entonces enmudece la Vida.

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  28. Teresa Cabarrush dice:

    No sé si el Señor Otero vio alguna vez esta preciosa película, basada en una Estrella, de todas maneras la dejo aquí…seguro que estará en las Estrellas y sus brillos. » Stardust».

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  29. Teresa Cabarrush dice:

    Este texto de un poeta portugués, no sé que especial encanto tiene estos escritores portugueses pero lo tienen, inteligencia y corazón, supongo que al Señor Otero le gustaría así como el vídeo musical.

    De Joaquím Pessoa ( está en portugués pero se entiende bien). » Por todas as razões e mais uma».

    Por todas as razões e mais uma. Esta é a resposta que costumo dar-te quando me perguntas por que razão te amo. Porque nunca existe apenas uma razão para amar alguém. Porque não pode haver nem há só uma razão para te amar.
    Amo-te porque me fascinas e porque me libertas e porque fazes sentir-me bem. E porque me surpreendes e porque me sufocas e porque enches a minha alma de mar e o meu espírito de sol e o meu corpo de fadiga. E porque me confundes e porque me enfureces e porque me iluminas e porque me deslumbras.
    Amo-te porque quero amar-te e porque tenho necessidade de te amar e porque amar-te é uma aventura. Amo-te porque sim mas também porque não e, quem sabe, porque talvez. E por todas as razões que sei e pelas que não sei e por aquelas que nunca virei a conhecer. E porque te conheço e porque me conheço. E porque te adivinho. Estas são todas as razões.
    Mas há mais uma: porque não pode existir outra como tu.

    Creo que el Señor Otero y yo hubieramos intercambiados muchos vídeos musicales, los tiene en su blog, porque compartir música es una de las mayores gozadas de la vida, siempre al encuentro de la belleza.

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  30. Teresa Cabarrush dice:

    Y otro regalo para el Señor Otero, Beethoven tuvo una amada inmortal se encontró su carta, pero no se ha sabido quien era ella.

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  31. Teresa Cabarrush dice:

    Otro regalo musical. Espero que al Señor Otero le esté gustando mi elección.

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