Ayer tuve la suerte de ir a la presentación del libro de La Codorniz de Aguilar y Cabrerizo. Invitada por mi amigo Santiago, uno de los pocos héroes anti-digitales de estos tiempos que por no tener no tiene ni móvil.
Un libro que ha dormido 14 años (o por ahí) en un cajón de la Filmoteca Nacional, sabe Dios por qué, y que ahora por fin se publica, y que durante ese tiempo ha servido para que los autores (pacientes donde los haya) produjeran una no pequeña colección de estudios que le han surgido como «esquejes» al libro principal.
Pero menos mal que hay gente todavía en este país que se esfuerza no solo en investigar, algo…lo que sea …, dejándose los ojos en las bibliotecas ( y si es humor y cine mejor); sino en recuperar cintas como el Café de Paris que vimos ayer, que nos dejó disfrutar de una joyita de Neville que ha estado a punto de perderse. ¡Pensar que podía no haberla visto…!
«Llevo cuarenta años sin decidirme por una ocupación definida. Soy una espectadora de las ocupaciones de los demás».
Dice Julia Lagos.
No sé si ese reparto, protagonizado por un grupo de bohemios franceses -que mas España no se puede-, y esos diálogos del grupo de amigos famélicos alrededor del esqueleto flaco de la pobre Amalia en la sopera (una gallina preciosa y muy simpática que diría Conchita Montes), es un sainete esperpéntico, en términología de Santiago, pero que se quite el sombrero Berlanga. Mas España no se puede.
Pero Como aquí tenéis un estupendo articulo aparecido hoy en el país, y además el libro está ahí para que lo compréis y lo leáis, yo me conformo con recordarme con 8 o 10 años intentando entender alguno de esos chistes en blanco y negro, y nada, así que a tragarme el Zipi Zape en las aburridas tardes de domingo de provincias, y después el Lily y el Esther. Sabiendo ya, que el humor de aquel señor, siempre de chaqueta (ósea, mi padre) que me mandaba al quiosco a por La Codorniz, el Pueblo y los Ducados, siempre me resultaría inalcanzable. Y como se reía …
¡Codorniz! Sale todas las semanas para hacerle a usted feliz”
https://elpais.com/cultura/2019/11/27/actualidad/1574880613_800620.html